Una vida de adulterio


Adulterio

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Una vida de adulterio

Cierta iglesia realizó una serie de estudios en su escuela dominical tratándose de los Diez Mandamientos. Cada semana, los niños aprendían uno de los mandamientos y se llevaban a casa un dibujo ilustrando la acción prohibida por cada mandamiento.

Algunos de los padres empezaron a preguntarse qué sucedería cuando se llegara al mandamiento séptimo – el mandamiento que prohíbe el adulterio. ¿Qué clase de dibujo se llevarían los niños a la casa? Era difícil imaginar cómo se podría dibujar el adulterio sin mostrarles a los niños más de lo que les hacía falta saber.

Finalmente llegó la semana. Todos los niños fueron a la escuela dominical para aprender acerca del séptimo mandamiento. Cuando se reunieron con sus padres para entrar al culto, muchos de los padres quisieron ver los dibujos que se habían entregado a los niños.

Allí estaba la hoja – y sobre ella, un ganadero villano vertiendo agua en las tinajas de leche. Estaba cometiendo adulterio – adulterando la leche con agua.

Ahora bien, sabemos que no es a esto que se refiere el séptimo mandamiento – y sin embargo, hay algo que podemos aprender de esta ilustración. El adulterio siempre deja a la persona con la vida adulterada. En otras palabras, el adulterio cambia a las personas que lo cometen – cambia sus vidas, cambia sus corazones, cambia a sus familias – y no para bien, sino para mal.

Es por esto que leemos la prohibición divina.

Lectura: Exodo 20:14 – 20:14 No cometerás adulterio.

Estoy seguro que, si hiciéramos una encuesta, éste sería uno de los mandamientos menos favoritos de la gente moderna. Desde los años sesenta, se ha proclamado el mensaje del “amor libre” y la revolución sexual. Sin embargo, es interesante notar que las personas aún desean la fidelidad.

Leí recientemente la declaración de una joven estrella de Hollywood. Esta muchacha buscaba a un novio que le fuera completamente fiel, pero que le diera libertad para tener amoríos si ella realmente se sintiera enamorada de otra persona. Es interesante la forma en que ella desea la libertad para sí misma, pero el compromiso por parte de su pareja.

La voluntad de Dios para su pueblo es otra. Dios desea que vivamos en verdadero amor – no la lujuria que el mundo llama amor, sino el verdadero amor comprometido y sacrificador. Dios llama a su pueblo a la fidelidad total al matrimonio.

En realidad, si lo consideramos bíblicamente, el adulterio no es sólo un pecado contra la persona traicionada, sino contra Dios. Cuando la esposa de su amo acechó a José, él respondió a sus insinuaciones diciendo: “¿Cómo podría yo cometer tal maldad y pecar así contra Dios?” (Génesis 39:9).

José reconoció que cometer pecado sexual con la esposa de su amo no sería solamente traicionar la confianza que su amo había puesto en él, sino que sería un grave pecado contra Dios. Dios es Creador y Dueño del cuerpo de cada uno de nosotros, y lo que hacemos con nuestro cuerpo le interesa a Dios. Por ser Creador, El tiene derecho a decirnos cómo lo usaremos.

Muy en contra del libertinaje sexual de nuestro día, entonces, tenemos que declarar que la pureza, no el desenfreno, es el camino a la felicidad. Tenemos que declarar lo siguiente:

La fidelidad es fuente de bendición y prosperidad

Si Dios nos prohíbe el adulterio, es porque El tiene el derecho de hacerlo y tiene sus razones; pero es también porque El sabe que nos conviene. El sabe que la verdadera dicha y la satisfacción vienen a la persona que vive en fidelidad, no al que sigue desenfrenadamente lo que sus pasiones le dictan.

Salomón – que desgraciadamente no siguió sus propios sabios consejos – nos habla de esto. Leamos Proverbios 5:15-21:

5:15 Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo.
5:16 ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de aguas por las plazas?
5:17 Sean para ti solo,  Y no para los extraños contigo.
5:18 Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud,
5:19 Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre.
5:20 ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?
5:21 Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, Y él considera todas sus veredas.

El agua es una fuente de vida, de refrigerio y de satisfacción para todos. Dice Salomón, “Bebe el agua de tu propio pozo”. En otras palabras, busca la satisfacción con tu propia esposa. Comparte tu vida solamente con ella. No derroches tus energías y tus oportunidades con otras mujeres, que no son tuyas. Más bien, aprende a apreciar la belleza de aquella mujer que Dios te dio a ti.

¿Cuáles son las aguas que corren libremente por la calle? ¡Son las aguas servidas! Pregunta Salomón: “¿Habrán de derramarse tus fuentes por las calles y tus corrientes de aguas por las plazas públicas?” ¿Vas a tratar de satisfacerte con los encantos de otra? Si lo haces, es como tomar agua de la cuneta al lado de la calle.

Por esto dice la Palabra: “¡Goza con la esposa de tu juventud!” La vida en pareja como Dios la quiere es una vida de fidelidad, de compromiso, de vida compartida – una vida de bendición y de prosperidad. El adulterio sólo lleva a la decepción, al sufrimiento, a la miseria.

¿Qué dicen los hijos de sus padres adúlteros? ¿Dicen, Me sentí muy bien cuando supe que mi papá se había ido con esa otra mujer? ¿Dicen, No me importó cuando vi a mi mamá llorando por la traición de mi papá? Por supuesto que no. Piensa un momento: ¿qué quieres que piensen tus hijos de ti? ¿Cómo quieres que te recuerden?

El adulterio se pinta de tantos colores tan bonitos, pero la realidad es otra. Voy a darles un ejemplo. Cuando yo estaba en la universidad, se presentó un pequeño problema en los dormitorios. Bien digo que fue un problema muy pequeño – medía unos siete u ocho centímetros. Era un ratón que se metía a los cuartos.

Se reportó el problema al departamento de mantenimiento, pero el ratón seguía ambulando campante de un cuarto a otro e interrumpiendo nuestras horas de estudio. Por fin, varios cooperamos para comprar una trampa para ratones. Dos de los compañeros se fueron a la tienda para conseguir la trampa, y la colocamos en un lugar donde se había visto al ratón.

Ah, pero antes de colocar la trampa hicimos algo muy importante. Le pusimos una galleta de crema de cacahuate como carnada. A los ratones les encanta el cacahuate. ¿Saben qué? Ese ratón no duró más que un día. Olió la galleta, se vino a investigar, y ¡zas! se le cerró la trampa encima.

Así precisamente funciona el adulterio, mis hermanos. El enemigo sabe precisamente cuál es la carnada que tiene que usar para atraparnos. Esa mujer tan bonita, que parece estar realmente interesada en cada cosa que decimos, que se ríe a carcajadas de nuestros chistes, que nos dirige miradas largas y seductoras – esa es la carnada que Satanás está usando para llevarnos a la traición y a la muerte.

Hermanos, no se dejen engañar. No crean esa vieja mentira de que “con nosotros es diferente”. No saquen esos viejos y cansados pretextos de que mi esposa no me comprende, de que me siento muy solo, de que todo el mundo lo está haciendo.

La infidelidad se maquilla de una forma muy bella, pero no es más que una calavera. El camino a la bendición y la prosperidad es la fidelidad. El plan de Dios para cada creyente es que haga un compromiso ante El de ser fiel al 100%.

Ahora bien, para realizar esa meta tenemos que empezar desde adentro. Jesús nos dice que

La fidelidad debe ser de corazón

Leamos Mateo 5:27-28:

5:27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
5:28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Aquí, en su explicación autoritativa de la ley divina, Jesús nos dice que la fidelidad no solamente se trata de lo que hacemos con el cuerpo. También se trata de la mente. “Por sobre todas las cosas”, dice la Escritura, “cuida tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23).

Jesucristo dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Estas son las cosas que contaminan a la persona” (Mateo 15:19-20).

Dicho sea de paso que este verso último nos muestra que la fidelidad no es solamente durante el matrimonio, sino antes de él también. Cuando Jesús distingue entre el adulterio y la inmoralidad sexual, nos da a entender que las relaciones sexuales entre personas no casadas son pecado igual al adulterio. Las relaciones antes del matrimonio representan una traición de nuestra pareja futura – y vienen con sus propias malas consecuencias.

Hermano, cuida tu corazón. Guárdala para esa mujer que Dios te ha entregado – o te entregará. No se la entregues a cualquier bonita imagen que se te presente. No la contamines con las fantasías Technicolor de las revistas o la Internet.

Reza el dicho: Quien ama a una mujer, ama a todas; quien ama a muchas, no ama a ninguna. Cuida tu corazón. Es muy fácil, sobre todo en este mundo actual, perder el corazón; y muy difícil recuperarlo. Si has caído, Cristo te da una segunda oportunidad mediante el arrepentimiento y la fe en El. No la desprecies.

Dios nos diseñó para la fidelidad. La capacidad que tenemos para amar de verdad a nuestra pareja es como la cinta Scotch. La primera vez, se pega con facilidad y con fuerza; pero cada vez que se despega y se vuelve a pegar, pierde la adhesión. Por fin, es simplemente un inútil pedazo de plástico.

De igual forma, cada vez que nosotros le damos rienda suelta a nuestras fantasías, nos volvemos un poco más incapaces de amar con sinceridad y devoción a esa mujer que Dios nos ha encomendado. Cada vez, nuestro corazón se vuelve un poco menos pegajoso y un poco más encerrado en sí mismo.

Para los hombres, la pornografía es una constante tentación y un constante peligro. Para las mujeres, la tentación puede ser alguna novela de romance o alguna telenovela. Se imaginan como amantes de aquel galán que parece ser tan perfecto, tan considerado, tan sensible, y su propio esposo se ve muy ordinario a comparación.

Les diré algo, hermanas: ese galán de telenovela no existe. El actor que lo interpreta es muy distinto a ese personaje en la vida real. Es una creación que el enemigo utiliza para sembrar desilusión y decepción. Cuidado. Guarda tu corazón.

No adulteres tu vida con el adulterio. Vive en la fidelidad que es el camino a la bendición. Si has fallado, confiésalo a Dios y busca su perdón. Busca a Cristo para que te dé su perdón, y empieza de nuevo. Nunca te arrepentirás de hacerlo.

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